sábado, 1 de septiembre de 2007

LAS OSCURAS NOCHES DE TOXIA EN SECOND LIFE


Siempre es de noche en Toxia, sin embargo en ocasiones, tengo la esperanza de que amanezca y a cierta altura sobre el Haven miro el horizonte, el cielo encenderse, es entonces cuando en los callejones la niebla enrojece y las criaturas de la noche se preparan para alimentarse quitándonos vida.

No es fácil sobrevivir allí para una vampira como yo que no pertenece a ningún clan, cada noche el ingenio se agudiza.

Recibí un IM de mi amigo humano Duard, “Toxia está en peligro, todos vamos a morir”.

Una lluvia tóxica caía sin parar, el suelo inundado y resbaladizo dificultaba nuestra misión y a intervalos la niebla debilitaba nuestros cuerpos. Dimentox, señor de Toxia había muerto, Fue vencido en un duro enfrentamiento y la ciudad entera moría con él, nuestra vida bajaba lentamente, utilizábamos “Heals” para poder sobrevivir.

Detecté en mi radar que el cuerpo sin vida de Dimentox estaba cerca, teníamos que encontrarle y reanimarle si queríamos que nuestra forma de vida continuara.

Duard es noble, su padre le liberó de la esclavitud, es miembro del Instituto Omega, nunca incumple las normas, en cambio yo suelo jugar sucio y emplear mis trucos, me disfrazo a menudo para crear confusión sobre mi raza, sobre mi sexo y orientación.

Aquella noche, todas las razas podíamos soportarnos y permanecer juntas en el Hospital, o en la Iglesia donde se ralentizaba el proceso, una voz interior nos unía en una misión común, no hubo enfrentamiento entre clanes. Ed Janitor vagaba errante buscando una solución.


En nuestra búsqueda nos introdujimos en la guarida de los demonios, ellos nos ofrecieron cobijo pero Duard no se fiaba, a ellos también les bajaba la vida y se sabía que buscaban nuevos servidores y esclavos. Fueron amables, pero huimos discretamente sin perderles de vista.

Encontramos a Dimentox, su cuerpo estaba oculto en el conducto de ventilación de la terraza de la biblioteca, allí en las cumbres de Toxia, lejos de la sórdida niebla que pasea por los callejones, lejos de los Zombic Reaper y de las Toxic Waste Swarm , la luna ensangrentada reflejaba su luz y el cielo estaba mas rojo que nunca…….. apenas nos quedaba fuerza para hacer algún intento, nos movíamos a cámara lenta, nuestras piernas no respondían, en toda la ciudad está prohibido volar……… No somos héroes, empleé todos mis trucos pero ya nada pudimos hacer, mi vida terminó sobre el conducto del aire, sobre la tumba de Dimentox, nuestra última esperanza era que mi sangre sobre su cuerpo pudiera devolverle a la vida, pero no fue así…..:(
Duard decidió dejar de seguir luchando aquella noche y permaneció junto a mi hasta el final.

Nadie muere para siempre en Toxian City y nuestras noches de aventuras se suceden.

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