jueves, 27 de julio de 2006

Adicta a las series


El lunes: Medium en AXN me gusta pero casi nunca llego a tiempo de verla menos mal que está en la red, después no me pierdo CSI en Telecinco es de mis favoritas, Grissom me parece genial.

El martes: House en la Fox es la 2ª temporada de este cínico médico que no tiene pelos en la lengua.

El miercoles: primero Anatomía de Grey en la Fox, creo que ya ha finalizado la 2ª temporada y ahora están repitiendo y después Mujeres Desesperadas también en la Fox, que últimamente están ya demasiado desesperadas pero son como de la familia; a continuación Mentes Criminales en Telecinco, ya vi toda la 1ª temporada en doble sesión durmiendo en el sillón y ahora repiten.

El jueves: Sin rastro en AXN, no me termina de gustar, es demasiado dramática, todos tienen cara de pena.

El viernes: Ley y Orden: Acción Criminal en Calle13 otra de mis favoritas su personaje principal Robert Gore es genial, después Ley y Orden: Victimas Especiales también en Calle13 se puede ver pero si no la veo no pasa nada. A continuación creo que están repitiendo Nip Tuck también en Calle13 ya vi las dos temporadas de estos dos cirujanos de estética Sean y Troy y sus extravagantes historias.

Estoy esperando la vuelta de Tan muertos como yo en Calle13.

Hay más...... Numb3ers y The Closer en Calle13 que veo los sábados y los domingos por la tarde si llego a tiempo.

Y mi gran favorita Smallville en la Fox, la emiten a diario aunque también la han pasado por otra cadena, he visto todas las temporadas varias veces, la 5ª inédita en España, directamente de su emisión en Estados Unidos por la WarnerBros en Inglés y ahora estoy esperando que comience la 6ª temporada que imagino que será en septiembre y podré verla al día siguiente de su emisión en EEUU gracias a internet, todo un lujo.

jueves, 20 de julio de 2006

Comentando un Post

He leído este Post: El Precio de los principios en el blog de Jaizki y le he dejado este comentario:

En un mundo con tantas desigualdades económicas y sociales no podemos esperar que todos tengamos una moralidad parecida, en gran parte nuestro comportamiento depende de nuestras circunstancias, nuestra experiencia y la educación.

La Educación es importantísima, pero no educar para que aprendamos a obedecer porque es lo correcto sino para que aprendamos a interpretar libremente lo que nuestra naturaleza, intuición y razonamiento nos enseña.

¿Quien está legitimado para decirme lo que debo hacer en un mundo donde hasta los gobiernos que son los que elaboran las leyes cometen injusticias?

¿Premios y castigos? No alcanzaremos nuestra madurez moral e intelectual hasta que dejen de tratarnos como a niños, yo prefiero luchar por una sociedad más justa, educar en la empatía y reeducar en la dialéctica.

20/7/06 12:47

domingo, 16 de julio de 2006

La Vida es Corta



Juega más.

sábado, 15 de julio de 2006

La Evolución de Johnnie Walker



La publicidad también es arte.

viernes, 14 de julio de 2006

Primero aprende


Primero aprende como vivir,
después aprende como no matar,
luego aprende a vivir con la muerte,
finalmente aprende como morir.

martes, 11 de julio de 2006

Ética, La Felicidad III -Kant-

San Agustín habló de la felicidad como fin de la sabiduría; la felicidad es la posesión de lo verdadero absoluto, es decir de Dios; todas las demás "felicidades" se hayan subordinadas a aquella.

Santo Tomás uso el término "beatitud" como equivalente a "felicidad" y lo definió como "un bien perfecto de naturaleza intelectual". La felicidad no es simplemente un estado del alma, sino algo que el alma recibe desde fuera, pues de lo contrario la felicidad no estaría ligada a un bien verdadero.

Si la ética de Aristóteles se puede considerar una ética de bienes y de fines o ética material, la ética Kant es la llamada ética formal, para Kant la felicidad es un concepto que pertenece el entendimiento; no es el fin de ningún impulso sino lo que acompañar toda satisfacción.

A Kant no es fácil entenderle, de hecho tiene muy diversas interpretaciones, y sería difícil establecer una conversación productiva entre él y yo, más bien me limitaría abrir mucho los ojos y a escucharle atentamente.

Kant dice en "Crítica de la razón práctica" que la felicidad "es el nombre de las razones objetivas de la determinación". Kant no le da a la felicidad el rango de ley práctica como hace con la moralidad.

Nos dicen que el principio de la felicidad, si bien puede dar máximas, no puede nunca darlas tales que sean aptas para ley de la voluntad aún si se tomase como objeto la felicidad universal.

Nos dice, que el conocimiento de la felicidad descansa en meros datos materiales de la experiencia, no se pueden dar reglas que siempre y necesariamente sean valederas.
Nos dice que la conciencia que tiene un ser racional del agrado de la vida y que sin interrupción acompaña toda su existencia es la felicidad y el principio que hace de ésta el supremo fundamento de determinación del albedrío, es el principio del amor a sí mismo. Así pues, todos los principios materiales que ponen el fundamento de determinación del albedrío es el placer o dolor que se ha de sentir por la realidad de algún objeto, son completamente de una misma clase en tanto en cuanto ellos todos pertenecen al principio del amor a sí mismo o de la propia felicidad.

Nos dice Kant con lucidez extraordinaria que ser feliz es necesariamente el anhelo de todo ser racional, pero finito, y por lo tanto un inevitable fundamento de determinación de su facultad de desear. Pues la satisfacción con toda existencia no es como una posesión originaria y una bienaventuranza, que supondría una conciencia de su independiente capacidad de bastarse a sí mismo, sino un problema que le ha planteado su naturaleza finita misma porque tiene necesidades y esas necesidades conciernen a la materia de su facultad de desear es decir, algo que se refiere a un sentimiento subjetivo de placer o dolor que se halla a la base por el cual se determina lo que él necesita para estar contento con su estado.

Nos dice que la ley moral tiene que ser algo distinto al principio de la propia felicidad.

Así pues parece decirnos que la máxima de amor a sí mismo nos aconseja que seamos felices, y la ley moral nos manda cumplir la ley, seamos o no felices.

Las posiciones entre Aristóteles y Kant son muy distintas, mientras que el primero nos muestra qué es la felicidad y nos enseña el camino para conseguirla que no es otro que el de la virtud y la sabiduría, el segundo profundiza en la naturaleza y viene a decirnos que la felicidad es un principio subjetivo al que todos y cada uno estamos condicionados por nuestra naturaleza finita, que aprendemos de la experiencia y que poco tiene que ver con la moralidad.

Esto es lo que yo entiendo, quizás lo haya simplificado mucho, y soy consciente de que simplificar a Kant es alejarse de los verdaderos propósitos de su filosofía.

Mi opinión acerca de la felicidad, es que el sentirse más o menos feliz de una forma u otra, es efectivamente muy subjetivo, no se pueden dar unas reglas fijas que valgan para todos. La felicidad es un concepto, una idea abstracta y como tal no se puede hablar de la felicidad absoluta como una felicidad real, sólo de ser más o menos felices, se admiten comparaciones nunca ejemplos absolutos porque la realidad es relativa. Qué haya dentro de ese concepto de esa idea de felicidad absoluta es algo que no creo que este alcance de nuestro conocimiento, si bien pudiera ser materia de todo tipo de especulaciones no sería posible conocerla en sí misma tal y como está trazada hoy en día nuestra realidad, llegar a acuerdo 6 mil millones de personas no parece fácil, pero quizás el futuro nos permita conocer las ideas de la razón.

Bibliografía: "MORAL A NICÓMACO" de Aristóteles.
"CRITICA DE LA RAZÓN PRACTICA" de Kant.
"DICCIONARIO DE FILOSOFÍA ABREVIADO" de Ferrater Mora.

jueves, 6 de julio de 2006

Ética, La Felicidad II -Aristóteles-

Aristóteles tuvo una visión amplia acerca de la felicidad, en " Moral a Nicómaco", nos ofrece su pensamiento y su sabiduría en forma de tratado. Dialoguemos:

Penélope: Aristóteles ¿qué es la felicidad?.

Aristóteles: la felicidad es el bien supremo y es el fin de todos los actos del hombre que se manifiesta como cierta actividad del alma conforme a la virtud.

Penélope: ¿se puede identificar a la felicidad con el placer?.

Aristóteles: hay diferentes tipos de placeres, las naturalezas vulgares y groseras creen que la felicidad es placer porque sólo aman la vida de los goces materiales. Ahora bien hay placeres espirituales que si tienen que ver con la felicidad.

Penélope: ¿es el hombre virtuoso un hombre feliz?.

Aristóteles: no, la virtud es el verdadero fin del hombre. Pero la virtud misma es evidentemente incompleta cuando es sola, porque podría suceder que un hombre fuese muy virtuoso y muy infeliz a causa de los infortunios. Pero en medio de estas pruebas mismas la virtud brilla con todo su resplandor cuando un hombre con ánimo sereno soportar grandes y numerosos infortunios, no por insensibilidad sino por generosidad y por grandeza del alma. Si los actos virtuosos deciden soberanamente la vida del hombre, jamás el hombre de bien que sólo reclama la felicidad de la virtud, puede hacerse miserable, puesto que nunca cometerá acciones reprensibles y malas. A mi parecer el hombre verdaderamente sabio, el hombre verdaderamente virtuoso, sabe sufrir todos los azares de la fortuna sin perder nada de su dignidad, sabe sacar siempre de las circunstancias el mejor partido posible.


Penélope: ¿puede cualquier hombre ser feliz, o la felicidad está reservada para unos pocos sabios instruidos?.

Aristóteles: la felicidad no es un efecto del azar es a la vez un don de los dioses y el resultado de nuestros esfuerzos; se obtiene por la práctica de la virtud, mediante un largo aprendizaje, no por eso deja de ser una de las cosas más divinas de nuestro mundo, puesto que el precio y término de la virtud es evidentemente una cosa excelente y divina, y una verdadera felicidad. Y añado que la felicidad es, en cierta manera, accesible a todos, porque no hay hombre a quien no sea posible alcanzar la felicidad mediante cierto estudio y los debidos cuidados, a menos que la naturaleza le haya hecho completamente incapaz de toda virtud.

El hombre dichoso es el que obra siempre según lo exige la virtud perfecta, estando además suficientemente provistos de bienes exteriores, no durante un tiempo cualquiera sino durante toda la vida.

Penélope: yo quisiera alcanzar la felicidad ¿qué debo hacer?.

Aristóteles: dedícate a la filosofía, los placeres que proporciona son admirables por su pureza y por su certidumbre, por esta causa procura mil veces más felicidad el saber que el buscar la ciencia. Dedícate a la vida intelectual y contemplativa, sólo esta vida es la que ciertamente constituye la felicidad perfecta del hombre.

Penélope: ¿eres tú feliz Aristóteles?.

Aristóteles: (piensa y permanece en silencio).

La conclusión de Aristóteles según entiendo es que la felicidad es un concepto vacío, para aproximarnos a la felicidad tendremos que pensar en los diversos bienes que la producen: la virtud, la sabiduría práctica, la sabiduría filosófica, la vida contemplativa; y en las actividades que la conllevan, estas actividades tendrían a su vez un carácter razonable y moderado.

Aristóteles debía pensar que se podía aprender a ser bueno y feliz, y que los que eran malos e infelices era porque estaban sumidos en la ignorancia.