miércoles, 31 de mayo de 2006

Pequeñas Joyas


Cuando Antonio Merino Sánchez era alumno de Ernesto Furió Navarro en la escuela de Bellas Artes de San Carlos, el maestro pintó este grabado de su perfil que todavía hoy su familia conserva.

Ernesto Furió Navarro
Nació el 9 de Marzo de 1902 en el Cabanyal (Valencia) y falleció el 1 de marzo de 1995 en Valencia.

Profesor, grabador, dibujante y acuarelista.

En 1916 se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos . Al terminar la carrera se trasladó a Madrid para ampliar sus estudios de Grabado Calcográfico en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando.

En 1930 se trasladó a París para estudiar en profundidad las realizaciones de los más importantes maestros del grabado. A su regreso se instaló en Valencia, donde desplegó una vertiginosa actividad en el género de grabado a buril y talla dulce.

Fuente http://fondoarte.webs.upv.es/

martes, 30 de mayo de 2006

Ética, La Felicidad I

La felicidad escapa de nuestras manos
como el agua escapa entre los dedos
suavemente, inevitablemente,
y nos quedamos con las manos extendidas
y vemos cómo se van sacando
y no podemos hacer nada para evitarlo,
nada, sólo llorar.

Alguien que no recuerdo escribió este poema que yo debí leer hace mucho tiempo, y desde que decidí escribir algo acerca de la felicidad, ese poema viene una y otra vez a mi mente, no se puede decir que sea un poema filosófico pero invita a la reflexión sobre ese concepto escribo al que todos aspiramos.

Muchos filósofos a lo largo de la historia se han ocupado de la felicidad, han tratado de definirla, de desnudarla ante nosotros para que pudiéramos tener un conocimiento aproximado, también han intentado mostrarnos los caminos que nos conducen a ella, siempre dentro de la moralidad.
Según parece tanto los filósofos modernos como los antiguos coinciden en afirmar que la felicidad no se presenta nunca como un bien en sí mismo, ya que para saber lo que es la felicidad hay que conocer bien o bienes que la producen, la conclusión es que no puede definirse la felicidad si no se define un bien por subjetivo que éste sea.

Si pudiéramos disponer de esa " máquina del tiempo " de la que tanto hablan y escriben los relativistas, podríamos viajar al pasado, conocer a Aristóteles o a Kant, y tener una larga conversación con ellos acerca de la felicidad por ejemplo; nada nos resultaría más interesante, pero sólo disponemos de sus escritos y de mi imaginación.

Comencemos por decir que las doctrinas éticas que colocanla felicidad como bien supremo se denominan " eudemonistas ", pudiéndose entender esta felicidad de diversas maneras: como bienestar, como actividad contemplativa, como placer, etcétera....
Llegados a este punto citaremos la posición antagonista que mantuvieron los cirenaicos y los cínicos.

Cirenaicos: el placer de los sentidos, también llamado placer material es el fundamento imprescindible del placer espiritual, siendo el placer sensible algo del presente, consideramos que sólo el placer actual es un bien verdadero y nuestro deber es buscar la satisfacción de los deseos de tal forma que se eviten los dolores posteriores.

Cínicos: nos pronunciamos con desprecio hacia todo saber que no conduzca a la felicidad de una vida tranquila esta vida sólo puede conseguirse cuando se tiene un dominio suficiente sobre uno mismo, es decir cuando se alcanzan autosuficiencia o autarquía.
Nosotros despreciamos el placer, por ser el productor de felicidad, el que perturban la quietud del sabio. La regla del sabio es la prudencia, la sabiduría por la cual se eliminan todas las necesidades superfluas, sólo es necesaria la virtud.

Son dos posiciones extremas y contrarias, ambas fueron respetadas, valoradas, tenidos en cuenta por el hombre de aquella época; hoy en día me suenan como un eco del pasado haciéndose oír en el presente. Si tuviéramos que decir una de las dos formas de comportamiento para ser felices, pienso que en la actualidad la mayor parte de la gente elegiría como maestros a los cirenaicos, quizá unos pocos a los cínicos, no obstante lo más interesante de estas dos doctrinas es intentar entenderlas.

En otra ocasión hablaremos con Aristóteles.

viernes, 26 de mayo de 2006

El jardín de Monforte


El jardín de Monforte es un rincón de cuidada belleza y tranquilidad, un oasis de paz en plena ciudad de Valencia.

Pintado por Francisco delgado.

lunes, 15 de mayo de 2006

Mi Cuadro de la Finca Roja


Cuando Collado pintó este cuadro las cálidas noches de verano en Valencia eran pobres de luz, el cielo era negro y brillaban infinidad de estrellas, tantas que no se podían contar. Solía andar descalza en la oscuridad sobre los ladrillos rojos de la terraza y tumbarme sobre un viejo colchón de espuma para mirarlas.

Fueron aquellos dulces momentos de reflexión cuando me sentí parte de ellas y comprendí la insignificancia de mis problemas y lo efímera que es nuestra existencia.

miércoles, 3 de mayo de 2006

Recuerdos: Querida Abuela

Tengo la costumbre de cambiar de vez en cuando cosas de sitio, supongo que con la esperanza de ir tirando los recuerdos que ya con el tiempo pierden el sentido, la verdad es que me cuesta mucho desprenderme de ellos. Hoy he encontrado una poesía que me recitaba mi abuela cuando yo era pequeña y que anoté en una libreta...... ella murió hace ya más de 30 años y hoy quiero recordarla.



Cuando a tu jardín entre
yo pensé cortar la flor,
más no me culpes traidora
que yo cortada la hallé

Cierto es que contigo hablé
y contigo estuve a solas
otro pájaro a deshoras
a tu flor había picado.

Esas lágrimas que lloras
¿Por qué he de ser yo el culpado?
Una corona yo hice
de perlas y de diamantes
de esmeraldas y de brillantes
para una mujer que quise
un collar también le hice
con un letrero grabado
que decía:
"Desgraciado muero por una mujer
estoy tísico de pena
loco de tanto querer"

De noche me salgo a el patio
a distraer mis sentidos
que los tengo conmovidos
tu querer me está matando

A nadie digo tampoco lo que
a mi me está pasando
las penas me están ahogando
no las puedo resistir
si no consigo tenerte de pena
voy a morir.